Rescata

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lunes, 30 de enero de 2017

Receta de los pepinos en conserva (Sauer Kummer)

Los pepinos en conserva eran un clásico del verano. Cuando las huertas empezaban a producir a pleno, nuestras abuelas elaboraban este delicioso producto que forma parte insoslayable de nuestros recuerdos de la infancia.

Ingredientes:
2 litros de agua
1 docena de pepinos
Sal gruesa a gusto
6 hojas de parra
Enoldo o hinojo a gusto

Preparación:
Hervir el agua, dejarla enfriar y agregarle la sal y los pepinos. Sobre estos poner las hojas y el enoldo ohinojo. Finalmente colocar encima algún elemento pesado para que los pepinos se mantengan sumergidos en el agua
Necesitan aproximadamente tres días para lograr su conservación.

Esta y 150 recetas tradicionales más, las podrá encontrar en el libro de “La gastronomía de los alemanes del Volga”, que se puede adquirir por correo, comunicándose a: juliomelchior@hotmail.com.

jueves, 26 de enero de 2017

Recuerdos de mi infancia en la colonia

Recuerdo de mi infancia los amaneceres sentado frente a una taza de café con leche recién servida por mamá, su aroma en la cocina, y junto a ella manteca, crema, dulces, jamón y chorizos, todo casero, y el pan horneado por abuela en el horno de barro, durante la madrugada, mientras mis hermanos y yo dormíamos y mamá y papá ordeñaban las vacas lecheras en el tambo.
Recuerdo salir al patio, aspirar el aire fresco de la colonia, inundar mi alma con aromas entrañables, a flores, a eucaliptos, a pinos, a ligustrinas, a animales de granja, e ir en busca de mis amigos para correr libres en compañía de nuestras mascotas, por las orillas del arroyo, bajo la sombra de los árboles, gomera en mano, pescando, cantando y jugando.
Recuerdo aquellos tiempos tan felices y una lágrima rueda por mi mejilla en honor de los que ya no están físicamente pero viven en mi memoria. Por mis amigos, mis abuelos, mis hermanos, mi mamá y  mi papá. Tantos seres queridos que un día Dios se llevó a su lado mientras yo iba creciendo y yéndome de a poco de la colonia.

lunes, 23 de enero de 2017

¿Cuáles eran los trabajos que realizaban los niños y las mujeres durante el verano?

“En verano, la vida cotidiana de las mujeres y los niños estaba signada por una gran cantidad de trabajo, porque todos los hombres de la comunidad se abocaban a la tarea de levantar la cosecha de trigo, antes que la lluvia lavara la semilla y con eso perdiera valor y peso o una granizada o un incendio imprevistos, se lo llevara todo. Del éxito o fracaso de la cosecha dependía la supervivencia anual de la familia y la localidad, en todos sus aspectos” –cuenta María Margarita Gottfriedt.
“Las mujeres y los niños nos levantábamos a las tres de la madrugada para ordeñar las vacas, que no eran pocas, mientras los hombres se disponían a buscar los caballos dispersos por el campo y a preparar las máquinas segadoras para continuar levantando el trigo. No solamente ordeñábamos vacas para tener leche para consumo propio sino también para vender y para hacer crema, manteca y quesos. Después las mujeres mayores encendíamos el horno de barro para hornear el pan diario mientras las niñas lavaban la ropa con la tabla de lavar y los niños regaban la quinta y alimentaban los animales de granja” –enumera María.
“Concluidas estas actividades, llegaba el momento de preparar el almuerzo en la cocina a leña, para alrededor de veinte comensales o más, sumando a los hombres que trabajaban en la cosecha, los padres, hijos, hermanos, tíos, abuelos, suegros y muchos más. Siempre se preparaban varios platos y recetas tradicionales que requerían muchas horas de cocina” –acota.
“Después” –continúa-, “había que lavar todos los trastos, de lo que se encargaban las niñas más pequeñas, mientras las mujeres nos abocábamos a hornear o freír algo rico para llevarles a los hombres a la hora del mate cocido, a eso de las cinco de la tarde.
“Luego las niñas bajaban la ropa del cordel y todas las mujeres de la casa se dedicaban, algunas a remendar la ropa y otras, a planchar con la plancha a carbón.
“A todo esto había que sumarle el cuidado y la limpieza de la casa, el patio, el jardín, la huerta, más el cuidado, limpieza y alimentación de todos los animales domésticos: los gallineros con sus aves de corral y el chiquero con sus cerdos” –suspira agotada.
“Y así llegaba el atardecer, cuando nuevamente había que pensar en regar la quinta y preparar la cena. Había días en que a las siete de la tarde los más pequeños de la casa caían rendidos de sueño y cansancio sentados a la mesa” –concluye María Margarita Gottfriedt, de 92 años.

miércoles, 18 de enero de 2017

Recetas de Dünne Kuche, Keiskreppel, Brotschnistze y Gedehende como las preparaban nuestras abuelas

“Die Dünne Kuche, die Brotschnitze, die Der Kreppel y tantas otras delicias que las mujeres alemanas del Volga elaboran sobrevivieron al olvido porque las abuelas  supieron legar a sus hijas el secreto de cómo se preparan en el momento justo. Vienen pasando de generación en generación desde hace centurias.  Los ancestros, los abuelos, los hijos, los nietos... todos saborearon alguna vez las delicias de las tortas cuyas recetas las abuelas de Alemania legaron a sus hijas de Rusia y estas a sus nietas de la Argentina”.

DÜNNE KUCHE  O RIWWEL KUCHEN

 Ingredientes para la masa:
1 Kilo de harina
2 cucharadas de levadura
1/2 litro leche rebajada con agua tibia
4 yemas de huevos
3 cucharadas de crema
100 gramos de manteca
8 cucharadas de azúcar
1 pizca de sal

Ingredientes para los Riwwel:
200 grs. de crema
2 yemas
150 gramos de manteca
3 cucharadas de harina
6 cucharadas de azúcar

Preparación:
Poner en un bol la harina, la levadura, las yemas, la sal y de a poco la leche mezclada con agua tibia. Mezclar todos los ingredientes hasta obtener una masa liviana. Dejar levar y luego volcar a la asadera; dejar levar nuevamente.
Los Riwwel se elaboran en una sartén con los 200 grs. de crema, las 2 yemas, los 150 grs. de manteca, las 3 cucharadas de harina y las cucharadas de azúcar.
Los Riwwel se colocan sobre la masa antes de llevarla a hornear.

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KEISKREPPEL

Ingredientes:
1 kilo de harina
1 huevo
1 cucharada de bicarbonato o levadura
Leche
Aceite

Relleno:
1/2 kilo de ricota
1 huevo
Crema
Azúcar

Preparación:
Mezclar la harina con el bicarbonato (o la levadura), el huevo y la leche. Una vez realizada la masa estirar con el palote hasta que quede de unos tres centímetros aproximadamente. Ahora corte pequeñas empanadas que debe completar con el relleno elaborado a partir de los productos arriba citados.

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 BROTSCHNITZE

Ingredientes:
1 taza de harina
½ litro de leche
2 huevos
1 de pizca
2 cucharadas de azúcar
Pan de unos días de antigüedad

Preparación:
Mezclar todos los ingredientes hasta obtener una masa líquida y liviana. Cortar el pan en rodajas; remojarlo en la masa; y freírlo en la sartén con un poco de grasa.

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GEDEHENDE

Ingredientes:
½ kilo de harina
1 pizca de sal
1 taza de agua tibia
10 manzanas peladas y cortada en rodajas muy finas
Crema de leche

Preparación:
Mezclar la harina con la sal y el agua hasta formar una masa cremosa. Agregar harina hasta que el bollo se desprenda del bol. Dejar descansar unos minutos. Trabajar la masa sobre la mesa hasta lograr que a través de la misma se trasluzca la mano.
Esparcir sobre la masa las rodajas de manzanas y espolvorear con azúcar y crema de leche a gusto. Enrollar la masa.
Colocar la preparación en una asadera enmantecada y cocinar en horno de temperatura moderada entre 15 o 20 minutos.
Retirar cuando la masa esté dorada.
Servir caliente.

Recetas tradicionales extraídas del libro "La gastronomía de los alemanes del Volga", del escritor Julio César Melchior. El mismo se puede adquirir por correo, por el sistema de contra re embolso, enviando un mensaje a juliomelchior@hotmail.com.

lunes, 16 de enero de 2017

Tres años de sequía

Tres años de sequía. Tres años sin cosecha. Tres años malvendiendo lo que fue comprando a lo largo de toda su vida. Ya no le quedan ni animales ni enseres de trabajo. Solamente tierra reseca, polvo y viento. Y sin embargo, resiste. Como un roble. Terco, porfiado, testarudo, mantiene firmes sus convicciones y su esperanza de poder forjar un futuro mejor en medio de la indómita pampa argentina para su familia y sus descendientes. Jamás va a abandonar la lucha. Nunca va a dejar de rezarle a Dios y de creer en él. Quiere arar, sembrar y cosechar. Producir trigo y amasar pan para comer y para transformarlo en hostia en el altar del Señor.
Le reza a Dios en cada comida y también al amanecer, cuando se despierta luego de largas madrugas de insomnio, y a la noche, cuando se va a descansar, después de una interminable jornada de trabajo, sabiendo que no va a conciliar el sueño pensando en la sequía y en la lluvia que no llega.
Están él y su familia. Solos en la inmensidad. En la tierra que hizo suya cuando llegó del Volga, huyendo del hambre, de las persecuciones, de las guerras y del dolor. Son ellos solamente. Ellos solos. Ellos que regaron la tierra con el sudor de sus frentes y ahora la están regando de llanto. Esa tierra que ahora está seca, que no produce nada. Esa tierra que va a tener que vender si no llueve pronto.

viernes, 13 de enero de 2017

El adiós a la aldea natal

Guardó sus enseres de cocina en los baúles al igual que la ropa de cama y las prendas de vestir. Es imposible llevarlo todo. Sobran platos, vasos, ollas, mantas, sábanas. Tantos años ahorrando y cuidando las cosas. ¿Para qué? Para ahora terminar malvendiéndolas o regalándolas a las familias que no quieren, no pueden, o tienen temor de marcharse. Es muy poco lo que se puede cargar en el carro, menos aún lo que se va a poder subir al tren, y menos todavía lo que se va a poder llevar como equipaje al ascender y ocupar los diminutos espacios disponibles en el barco. Todo es así de injusto si se viaja entre en el pasaje que ocupan los que huyen del hambre, de las persecuciones, de las guerras, de la muerte, de los que son fáciles de estafar y engañar porque ya no tienen opciones.
La familia termina de cargar los baúles en el carro. La pareja asciende y se sienta en el pescante. Los niños dónde pueden. Todos están tristes. La mujer llora. El hombre mira el camino. Una larga distancia a recorrer los espera. Es duro el adiós y será doloroso el desarraigo y eterno el recuerdo. Jamás olvidarán la aldea, el río Volga y a sus familiares y amigos que los despiden con el alma desbordada de llanto.
El hombre agita las riendas, los caballos relinchan, y empiezan a andar. Lentamente la historia que escribió la familia en las aldeas del río Volga va quedando atrás. Los espera la Argentina.

miércoles, 11 de enero de 2017

En muy pocos días se llevará a cabo la segunda Strudel Fest en Pueblo Santa María


Javier Graff, de Weimannhaus, informó que “estamos con reuniones quincenales y hasta semanales para organizar e ir definiendo algunos temas”. “Es importante destacar que el formato de la fiesta va a ser exactamente igual a la del año pasado, con algunas mejoras en cuanto a cantidades de comida”.

Las instituciones de Pueblo Santa María (ubicada en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires, en el Partido de Coronel Suárez) ya se están preparando para la segunda edición de la Strudel Fest, que está fechada para el domingo 5 de marzo. 
Aunque los días previos también habrá actividad: el día viernes 3 se presentará la obra de teatro “Tartufo”, de Moliere, por el grupo de Teatro de Santa María, y el sábado habrá torneo de Kosser y una cena y baile, que será preámbulo del gran festejo del día domingo, donde está previsto que la actividad comience a las 10 de la mañana.
Javier Graff, de Weimannhaus, informó que “estamos con reuniones quincenales y hasta semanales para organizar e ir definiendo algunos temas”.
En cuanto al Strudel gigante, de presentación y apertura de la fiesta, anticipó que “este año vamos a redoblar la apuesta: el año pasado fue de 15,30 metros, y este año vamos a hacerlo de 30,60 metros, el doble exactamente”.
Para lograr esto ya está previéndose todo lo atinente a esta gran elaboración: “creo que este es uno de los atractivos de la fiesta, o puede llegar a serlo. El hecho que sea una pieza entera y gigante es muy atractivo. El molde que diseñamos para el año pasado este año se va a duplicar. Contamos con un auspicio de Zinguería Varela, que nos había hecho el desarrollo y demás. Y este año nos donaron el 50% del molde para duplicarlo, porque vieron que fue un éxito la fiesta y a manera de apoyo”.
En cuanto a los espectáculos, “hay grupos de baile de La Pampa y Olavarría ya confirmados, bandas musicales locales. Es importante destacar que el formato de la fiesta va a ser exactamente igual a la del año pasado, con algunas mejoras en cuanto a cantidades de comida, pero el evento va a ser popular, simple y sencillo como fue, con artistas locales y sin costo para nadie. Las instituciones que organizamos ese evento tenemos la oportunidad en ese momento del año, junto con la Kerb, de recaudar fondos, por eso lo hacemos de esa forma”.
Los gastos en sonido y también en la colocación de vallas, para organizar la degustación del Strudel gigante, los cubrirá la Municipalidad de Coronel Suárez, según lo han anunciado a las instituciones organizadoras.
Ya habrá tiempo de ir descubriendo todos los aditamentos que tendrá la segunda edición de esta gran fiesta, pero se anticipa que en esta ocasión cada una de las instituciones duplicará o triplicará la elaboración de Strudel para la venta, que fue el gran reclamo del año pasado, cuando para las dos o tres de la tarde no quedaba ninguna porción de Strudel a lo largo de toda la avenida 11 de Mayo.

lunes, 9 de enero de 2017

¿Se acuerdan de los veranos de nuestra niñez, cuando había que ayudar a regar la huerta?

Durante el verano, a las mañanas, bien temprano, con el amanecer, y al atardecer, junto con el sol que se iba a dormir en el horizonte, las madres y los niños de la casa, sin importar edad ni sexo, regaban la huerta, llevando y trayendo enormes baldes desde la bomba de agua hasta la quinta. Las verduras y hortalizas florecían y producían por doquiera. Había abundante cantidad de tomates, pepinos, zapallitos, lechuga, repollo, decenas y decenas de cosas ricas que mamá y la abuela transformaban en sabrosas comidas o ensaladas o en conservas y dulces que almacenaban en los sótanos para el invierno. Me acuerdo del dulce de zapallo y tomate, entre varios otros, que cocinaban sobre la cocina a leña y envasaban en frascos de todos los colores y tamaños que juntaban a lo largo del año para estos menesteres.
Los niños y las niñas ayudábamos sin quejarnos ni lamentarnos jamás. Para nosotros nunca representó un trabajo regar la quinta todas las mañanas y todas las tardes. Lo tomábamos como una obligación, es cierto, pero también como un juego, un momento en que todos los hermanos estábamos juntos, con mamá y, a veces, también con papá, riendo, conversando, en ocasiones haciendo travesuras, como arrojarnos un balde lleno de agua. Todavía la recuerdo a mamá retando a mi hermano porque me empapó o porque me puso el pié  mientras corríamos hacia la bomba compitiendo para ver quién llegaba primero para sacar agua y volver a llenar el balde.
Eran otros veranos, los veranos de mi niñez. Iguales a los de muchos de ustedes que leyeron estas líneas… ¿No es cierto?

viernes, 6 de enero de 2017

¿Qué tradición celebraban los alemanes del Volga el Día de Reyes?

Los alemanes del Volga festejaban durante el Día de Reyes el Grosse Neujahr, que traducido literalmente significa “Año Nuevo Grande” (otra traducción, quizás no tan fiel, pero si más acorde con el desarrollo de la celebración que llevaban a cabo, sería “Año nuevo para los grandes”).

La celebración del Gross Neujahr comenzaba con el amanecer, cuando las personas adultas salían de casa en casa, a desear feliz comienzo de año.  En cada ocasión eran agasajados con una copita de licor. Por lo que a medida que avanzaba la jornada y las visitas se prolongaban una detrás de otras, con parientes y amigos, y con ellas, una detrás de otras las copitas de licor, la alegría comenzaba a surgir y con ella los cánticos satíricos y la música del acordeón y la fiesta.

jueves, 5 de enero de 2017

Hoy se cumple un nuevo aniversario del primer asentamiento alemán del Volga en la República Argentina

Un 5 de enero pero de 1878 se fundaba Colonia Hinojo, en el partido de Olavarría, provincia de Buenos Aires, el primer asentamiento alemán del Volga en la República Argentina. Los fundadores habían nacido en la aldea Kamenka. Traían consigo su lengua, su arquitectura, sus costumbres, sus tradiciones y su idiosincrasia. Un legado cultural que conservan con orgullo sus descendientes. La colonia madre fue fundada, entre otros, por Andrés Fischer, Jorge Fischer, José Kissler, Miguel Kissler, Andrés Kissler, Pedro Pollak, José Simon, Juan Schamber, Jacobo Schwindt y Leonardo Schwindt, acompañados por sus esposas e hijos (aunque también había personas entre los fundadores).

Todavía se conservan algu­nos testimonios de esas primeras épocas, como por ejemplo un breve manuscrito que el Schulmeister José Gottfried encontró en la iglesia local. Se lee allí que: "Duros fueron los primeros tiempos, nos decían nuestros abuelos (...) primero el idioma (...) los pajonales (sic), no se divisaba más que unos metros y el poco tiempo transcurrido de la con­quista de (sic) desierto siempre quedaban algu­nos indios los hombres (que) tenían que (ir) a sus chacras a trabajar (ilegible. Quizá: "les temían").
Con mejor sintaxis pero con datos parecidos, informa a su vez esta otra reseña:  “Llegaron hasta un lugar llamado San Jacinto. Lo único que respondía a ese nombre eran los pa­jonales, donde los patriarcas permanecieron unos dos años, debiendo organizar continuamente guar­dias, armados con implementos antediluvianos pa­ra defenderse de los malones indios."
De cualquier forma, los rastros de esta primera fundación prácticamente se han perdido.
“A raíz de algunos conflictos sus­citados con otro grupo de colonos, en este caso franceses esta­blecidos en la zona acogida por la misma ley de colonización, los alemanes solicitaron y obtuvieron el permiso para trasladar­se a un kilómetro de distancia”, escribe Olga Weyne.
Acordado este permiso, desmontaron todas las viviendas para trasladarlas al nuevo destino, al cual llegaron pocos días después nuevos emigrantes del Volga en cantidad bastante apreciable.
Así quedó fijado el lugar definitivo de co­lonia Hinojo.
Como las familias estaban formadas por personas todavía jóvenes y los hijos eran nume­rosos, tanto los hombres como las mujeres, al principio, tuvieron que realizar tareas sumamen­te agobiadoras, no sólo en la casa sino también en el campo. Uno de los más jóvenes principian­tes, el primer año, contra viento y marea pudo sembrar de cuatro a cinco hectáreas; el segundo año anduvo mejor y llegó a las 14 hectáreas.
Después de fundarse la colonia de Hinojo, se desplazó otra corriente inmigratoria desde el Volga y unas veinte familias fundaron la colo­nia Nievas, llamada también Holtzen. El cielo los favoreció y, obteniendo buenas cosechas en los años siguientes, pudieron acomodarse bien. La producción abundante de la hacienda sumó nue­vos ingresos, que fortalecieron la economía que ya tomaba bases sólidas.
Estas circunstancias es­timularon su progreso y dos años más tarde se fundó colonia San Miguel.
Los colonos orientaron sus ac­tividades hacia las dos ramas fundamentales del campo: agricultura y ganadería. Las chacras de las tres colonias contaban con pasto muy bueno para la hacienda. Ese fue un factor de peso pa­ra que algunos se consagraran con preferencia a lo último, por lo cual podía observarse chacras que contaban hasta con mil y dos mil cabezas de animales, entre vacunos, lanares y equinos.
(Para más información pueden adquirir el libro “Historia de los alemanes del Volga”, del escritor Julio César Melchior, de dónde fueron tomados estos datos).

lunes, 2 de enero de 2017

Cuatro libros que rescatan la historia, cultura, tradiciones, costumbres y gastronomía de los alemanes del Volga

Cuatro libros que rescatan el pasado histórico, cultural y gastronómico de los alemanes del Volga. Publicados luego de varios años de investigación. A lo largo del tiempo han ido cosechando premios y éxitos. Se pueden adquirir por correo, por el sistema de contra reembolso. Para cualquier información, comunicarse a: juliomelchior@hotmail.com.
¿Por qué emigraron nuestros ancestros a orillas del río Volga? ¿Cuál fue la primera aldea que fundaron? ¿Cuánto tiempo estuvieron allí? ¿Cómo fueron los primeros años y su adaptación a ese medio? ¿Por qué volvieron a emigrar? ¿Cómo fue su viaje a la Argentina? ¿Cuáles fueron las primeras colonias que fundaron? ¿Dónde y cuándo? ¿Cómo se adaptaron al país? Preguntas que el libro responde. Y muchas más. “Historia de los alemanes del Volga”, el libro que hace historia.
Kreppel, Wückel Nudel, Dünne Kuchen, Strudel, Maultasche, Vanerick, Füllsen… y 150 recetas más, en el libro “La gastronomía de los alemanes del Volga”. El libro que rescata las recetas de todas las ricas comidas tradicionales que preparaban nuestras abuelas en las cocinas a leña de antaño. Además de recetas de panes, sopas, quesos, dulces y mucha más.
La vida cotidiana de nuestras abuelas. Su nacimiento, su niñez, su adolescencia, su preparación para el matrimonio. Su casamiento. La crianza de los hijos. Sus innumerables trabajos, su fuerza de voluntad para superarlo todo, su dedicación, su entrega a la familia. Su vida toda en este libro: “La vida privada de la mujer alemana del Volga”.
 En este libro el amor infinito de mamá, los momentos en que preparaba las ricas comidas alemanas, la ternura del abuelo, sus palabras en alemán, lo que nos contó de las aldeas del Volga, la escuela primaria, los amigos, las grandes fiestas tradicionales, las costumbres de las familias, la alegría de los recuerdos felices, la nostalgia de un tiempo que se fue y nos dejó el alma llena de recuerdos. Eso y mucho más en este libro: “Lo que el tiempo se llevó de los alemanes del Volga”.