Rescata

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miércoles, 31 de agosto de 2016

Este viernes se presenta “La Ruta del Inmigrante Alemán”, en Pueblo Santa María


Desde la subsecretaría de Relaciones Institucionales y Participación Ciudadana junto a la dirección de Política Demográfica, Migración e Inmigración de la subsecretaría de Gobierno y Asuntos Municipales; invitan a toda la comunidad del distrito, a participar del lanzamiento del evento “La Ruta del Inmigrante Alemán”.

La celebración será el viernes 2 de septiembre, a las 11.30hs., en el Centro Cultural Municipal Santa María, ubicado en Avenida 11 de Mayo 1275, en Pueblo Santa María.

Durante el evento se realizará:

• Presentación de La Ruta del Inmigrante Alemán.
• Disertación del escritor, historiador, descendiente de Alemanes del Volga y destacado Cultural 2016 del distrito, Julio César Melchior.
• Baile típico alemán.
• Presentación del trailer de la película basada en hechos reales de Inmigrantes de Alemanes del Volga “AGNES”, filmada y producida por César Mellinger, poblador de pueblo San José.
• Entrega de distinciones a ciudadanos destacados.
• Presentación de fiestas tradicionales y degustación de comidas típicas como: Strudelfest, Fülsenfest, Fiesta de la carneada, Kreppel elaborados por Instituciones locales, acordeonistas de pueblo Santa Trinidad. 

martes, 30 de agosto de 2016

Historia de vida de una descendiente de alemanes del Volga

Una mujer, descendiente de alemanes del Volga, cuenta su vida sin dudas ni prejuicios. Revela sus vivencias más íntimas y deja al descubierto qué esperaban los padres y la sociedad de una mujer en aquellos lejanos años cuando las colonias comenzaban a surgir y las costumbres, las tradiciones y la férrea moral religiosa, se aplicaban sin contemplaciones y sin tener en cuenta los deseos personales de nadie.

-Mis padres junto a sus hijos producían y elaboraban casi todo lo que se consumía en casa. Tenían quinta de verduras y frutales. Un horno de barro para hornear pan. Dos veces al año carneaban una vaca y un cerdo para hacer chorizos, morcillas, jamón. Elaboraban chucrut y pepinos en conserva.  Dulces de tomate, zapallo, ciruela, higo, manzana. Tenían gallinero con gallinas, patos, gansos, pavos, gallaretas. Criaban cerdos, conejos y tenían alguna que otra vaca lechera. Tenían de todo. Y eso que éramos una familia humilde. Pero nunca fuimos pobres. Jamás nos faltó la comida. Todo lo contrario: cuando podíamos también ayudábamos a algún vecino necesitado, a una viuda sola, a un anciano sin hijos. Antes la gente era más solidaria –rememora Emilia.
-Mamá y papá trabajaban mucho. Los dos. Mano a mano. Mi mamá se levantaba muy temprano para hacer el Kalach, el pan diario, y papá trabaja en el campo de peón. Se iba a caballo de madrugada.  A veces, a la noche, cuando regresaba, traía una liebre, un peludo, una mulita, una vizcacha. Esos eran días de fiesta. Los chicos nos poníamos contentos. Mamá preparaba guisos riquísimos. Eran muy sabrosos. Tenían un aroma que nunca voy a olvidar –sonríe la anciana mientras una lágrima rueda por la mejilla.
-Mientras  íbamos creciendo, los hijos nos sumábamos al trabajo. Los hombres en la tarea rural y las mujeres en las labores domésticas: limpiar el gallinero, el chiquero; barrer el patio con escobas fabricadas con ramas secas; regar la quinta con agua que había que sacar con la bomba, bombeando litros y litros de agua. Y, por supuesto, había que lavar la ropa de toda la familia, coser, remendar, planchas. Ayudar en la cocina… -enumera Emilia.
-Lo hacíamos con alegría. Cantábamos en alemán. Y a la noche, después de cenar, teníamos libre para jugar en la calle, con los hijos de los vecinos. Jugábamos a la mancha, a la escondida. Cazábamos bichitos de luz y los poníamos en un frasco, sobre cerca de la cama, como un velador. Eran juegos sencillos. Todo lo inventábamos nosotros. Jugábamos a la visita, a la mamá y al papá. Eran otros tiempos. Más lindos –vuelve a sonreír Emilia.
-Todo desapareció el día que abuela nos llamó para decirnos que papá había muerto. Al principio no entendimos lo que eso quería decir. Después lo vimos dentro del cajón, con los ojos cerrados, en la habitación vacía donde dormía con mamá, que lloraba desconsoladamente. Recién nos dimos cuenta lo que significaba la noticia cuando volvimos a casa después de sepultarlo. Ahí entendimos lo que había pasado. Estábamos solos para siempre y que nunca volveríamos a ver a papá –revela la anciana mirando fijo y sin pestañar para no llorar otra vez
-A partir de ese día todo cambio. Mi hermano mayor se hizo cargo de la casa hasta que mi abuelo le consiguió un marido a mi mamá. Antes era así. Los abuelos decidieron que mamá necesitaba un hombre, que tenía que volver a casarse, que no estaba bien visto que se quedara sola con cuarenta y cinco años. Y la casaron con un hombre de cincuenta. Un solterón. Alguien que aceptó enseguida y rápidamente se hizo cargo de la familia. La llegada del solterón hizo que la unión entre mamá y sus hijos se rompiera. Él era muy mandón. Siempre nos ordenaba hacer cosas. Nos decía que era por nuestro bien, que un día se lo íbamos a agradecer; pero lo único que logró fue que los mayores se casaran pronto y se fueran de casa. Y de a poco, nos fuimos yendo todos, dejando a mamá sola con el solterón. No sé si alguna vez se quisieron; pero siempre se llevaron bastante bien. Tanto que ella le hizo más caso a él que a sus propios hijos –reprocha bajando la voz para que no se le escape alguna lágrima.
-¡Así es la vida! –exclama-. Volví a casa después de muchos años, el día en que el solterón me mandó un telegrama a Córdoba para avisarme que mamá había muerto. Cuando llegué acá, cansada de un largo viaje y llena de dolor, hacía ya unas horas que la habían enterrado. Fui al cementerio a visitarla en la tumba. Lloré mucho. Me arrepentí de corazón de no haber regresado una sola vez para visitarla y verla con vida aunque más no sea un ratito. Nunca se me pasó el enojo que tenía porque se había vuelto a casar y preferir al solterón en lugar de sus hijos –esta vez sí, Emilia lloró desconsoladamente.
-El solterón tenía ochenta y tres años. Estaba en casa, en la casa donde habíamos nacido, que ahora era suya. Por eso mis hermanos y yo nos reunimos en la casa mi hermano mayor. Discutimos que hacer con la casa. Si pelear con el solterón o no, para que nos diera las cosas que le pertenecían a mamá y que ahora eran nuestras. Decimos no hacer nada. ¿Para qué? Ya no era nuestra casa. Papá y mamá habían muerto. Casi seguro que la casa había olvidado a papá hacía muchos años y que el interior estaba totalmente cambiado a como nosotros lo recordábamos. No quise ir a averiguarlo. Me fui de la colonia sin averiguarlo y lloré todo el viaje de regreso a Córdoba –cierra su relato Emilia Simon.

domingo, 28 de agosto de 2016

75 aniversario del holocausto de los alemanes del Volga


El  28 de agosto de 1941 el gobierno ruso promulgó un decreto en virtud del cual toda la población alemana debía ser deportada hacia Kazajstán y Siberia. Excluyó a sus habitantes de los derechos civiles y políticos, les quitó la ciudadanía y ordenó su deportación masiva.

Acusados de espías y agentes nazis, el ejército rojo inició las represiones; miles de dirigentes fueron capturados y fusilados; toda la población fue deportada, arrancados de sus hogares; los cargaron como animales en vagones de carga, incluyendo todo habitante de ascendencia alemana aún los oficiales y soldados del ejército ruso de etnia alemana; los que no fueron fusilados, fueron condenados a trabajos forzados, muchos murieron de hambre y de frío. Fueron literalmente borrados del mapa y nunca se los mencionaba, estaba terminantemente prohibido visitarlos. Ni siquiera se reconocía que existían. Ellos habían sido formalmente abolidos. Eran víctimas de la política de la xenofobia.
En su mayoría los desplazados eran niños, mujeres y ancianos. Los hombres entre los 16 y 40 años estaban en el ejército de trabajos forzados (Trudarmee), separados de sus familias por centenas o miles de kilómetros y sometidos a trabajos igualmente forzados. Los guardias soviéticos no se hacían problemas por la gran mortandad entre los trabajadores esclavos: los reemplazaban simplemente por otros nuevos. En un genocidio lo que importa es terminar lo antes posible con la vida de las víctimas. Muchas ciudades construidas en esa época se levantaron sobre los despojos de los alemanes étnicos.
Los deportados fueron transportados lentamente en vagones para el ganado hacia Siberia, Asia Central y el alto Norte, pasando el Círculo Polar Ártico. Lo alimentación era escasa, ya que debían alimentarse de lo que habían recogido en sus granjas. Los que morían se enterraban a la vera de las vías del tren, cuando el tren se paraba, o eran arrojados fuera de los vagones cuando el tren seguía su marcha por días sin detenerse.
El fin del viaje era un descampado nevado. Allí los desplazados debieron construir sus chozas con los materiales que se encontraban en el lugar y ponerse a trabajar. Bajo vigilancia militar, con alimentación escasa, debían trabajar desde antes del amanecer hasta después de ponerse el sol. Habían sido desplazados de sus hogares y debían trabajar como esclavos hasta morir, sin derecho a réplica ni a queja.
Aunque el ejército de trabajo fue abolido pocos años después de que la guerra hubiera terminado, la situación difícil de la vida para los alemanes étnicos en Rusia continuaba durante la época del llamado Komendatur: No se les permitió moverse o viajar fuera de su domicilio actual sin un permiso firmado por un funcionario y debían reportarse a la policía militar cada mes, en algunos casos cada semana. Esta política de humillación y racismo continuó hasta 1956, tres años después de la muerte de dictador José Stalin y seis meses después que los prisioneros de guerra alemanes dejaron la Unión Soviética, por gestiones del canciller alemán Adenauer les levantaron las penosas restricciones que les habían impuesto y se retiraron las acusaciones indicadas en el decreto especial publicado el 28 de agosto de 1941. Pero recién el 29 de agosto de 1964 que un segundo decreto admitía abiertamente la culpa del gobierno soviético de la persecución y genocidio de un pueblo inocente y fueron legalmente libres de elegir su domicilio y de volver a sus lugares de origen, algunos funcionarios, sin embargo, hicieron su mejor intento para evitar que los alemanes vuelvan a sus aldeas en el Volga. Las negociaciones del restablecimiento de la república de los alemanes de Volga no condujeron a nada.
Sin embargo, la discriminación contra los alemanes étnicos todavía prevaleció luego: la mejor educación, los trabajos bien pagados y las posiciones de alto perfil en el empleo estaban casi fuera de alcance hasta el derrumbamiento de la Unión Soviética en 1991. El vivir en ciertas áreas y los viajes al exterior para los alemanes étnicos eran más difíciles de arreglar que para cualquier otra nación anterior de la Unión Soviética.
Como consecuencia de la vida impuesta en los campos de concentración, la generación de sobrevivientes de alemanes del Volga que quedó en Rusia creció sin familia y sin escuela. Las familias alemanas fueron diezmadas, los niños que podían producir eran rápidamente obligados a desarrollar trabajos forzados, y se les prohibió la educación. En el marco de estas necesidades, los sobrevivientes se vieron obligados a firmar renuncias que vulneraban aun más su dignidad humana en otros aspectos pero ponían fin a la persecución. A diferencia de otros pueblos víctimas de genocidio, los alemanes del Volga nunca fueron indemnizados.
Se calcula que entre 1941 y 1948 murieron alrededor de 572.281 personas Sin embargo, la enorme pérdida de vidas humanas sufridas, ciertamente sirve para categorizar la Deportación a Siberia de la etnia alemana, como crímenes de lesa humanidad, pues se calcula que murieron en total de hambre, de frío, fusilamientos, etc. etc. serían más de 1.000.000 de almas.
Pero a pesar de todos los contratiempos y de tanto pero tanto dolor, el espíritu y la fuerza de voluntad de los alemanes del Volga nunca logró ser doblegado. La fe la mantuvo en pie. Fe en Dios, en sí misma, en la esperanza en un mañana mejor, que son paradigmas ancestrales de la raza alemana. “Había momentos en que casi no me podía mover del cansancio y del hambre”, confiesa con un hilo de voz que se asemeja a un susurro mientras sus pupilas estallan en lágrimas. “Pero el deseo de vivir y la esperanza hacia una vida mejor eran muy grandes”, logra murmurar luego de un silencio que le permitió reponerse ante el acoso de los recuerdos que todavía la lastiman. “Me ayudaron muchísimos los rezos y los cánticos religiosos. Rezábamos antes de dormir y antes y después de todas las comidas y también a la mañana cuando nos levantábamos”, concluye dejando traslucir en el murmullo de las palabras alemanas y en el apergamino y sufrido rostro, la luz de la fe. Esa luz que también la iluminó en la noche más oscura y en los días más negros de la deportación a Siberia.

viernes, 26 de agosto de 2016

“Paredes adentro”: muestra de la artista plástica Karina L. Schwerdt

La inauguración de la muestra se llevará a cabo el próximo sábado 27 de agosto, a las 20, en Isidoro Espacio de Arte, en Coronel Suárez.

“El proceso creativo de esta obra se inicia a partir de la historia de Estherie” –revela la artista plástica. Una historia de la cual solo conservo algunos objetos personales y momentos compartidos. Esos momentos, que viví con ella, develaron a un ser muy especial, cuya profunda soledad y aislamiento social tocaron una fibra muy honda en mí y me movilizaron para crear esta obra. 
“Paredes adentro” intenta plasmar el mundo interior de “Estherie”, a partir de la objetividad de lo recordado y lo vivido tanto como de la subjetividad de lo percibido e interpretado; valiéndome también de algunas de sus pertenencias, las cuales fueron una parte importante en el impulso creativo de esta obra. 
“Así es como muñecas, botones, tejidos, lanas, carreteles y ovillos forman hoy parte del lienzo, con la intención de visibilizar aquello que ante algunos, era invisible.  Rescatando el alma de entre los escombros del recuerdo y la orfandad, para darle vida y sustituir la tristeza, el dolor y el desamparo por belleza, color y alegría.

Tercera gran fiesta de los alemanes del Volga

Se anuncia un torneo de Koser para este sábado en Pueblo Santa Trinidad



Los entusiastas de Koser, conjuntamente con la Delegación Municipal, organizan para este sábado 27, a partir de las 13:00, el torneo “Día del Niño”, en el anfiteatro Municipal de Santa Trinidad. Se invita a todos a participar. Habrá servicio de cantina.

miércoles, 24 de agosto de 2016

Fotografías Primera Feria "Unser Saich": artesanía y gastronomía alemana de Pueblo Santa María

Gentileza: Rocío Reser

Organizada por la Delegación Municipal y el Centro Cultural de Santa María en forma conjunta con productores y artesanos de la tercera colonia alemana, se desarrolló con total éxito, el pasado domingo 14 de agosto, en el sum del Centro Cultural, la Primer Feria de Artesanos y Productores, denominada “UNSER SAICH”, en español: “Nuestras Cosas”.






Aldea Norka: Un Paso en el tiempo

Esta primera exhibición del video en Argentina se realizará dentro de la programación de la Cátedra Libre de la Historia y la Cultura de los Alemanes del Volga, el día viernes 16 de septiembre, a las 18 horas en el Salón del consejo Superior del Rectorado de la Universidad Nacional de La Plata (Calle 7 entre 47 y 48) 1º piso - LA PLATA (Argentina).

Norka fue una de las colonias de habla alemana en las regiones del río Volga. Estos pueblos se establecieron a mediados de la década de 1760. En la película se ven escenas que representan a todas las colonias a lo largo del río Volga en 1928. Ellas tenían el mismo tipo de edificios, ropa y herramientas agrícolas. Utilizaban técnicas de cultivo como las que se aprecian en la película. Comían alimentos similares y vivían estilos de vida comparables a los Norkans. Su fe cristiana era de suma importancia para la mayoría de los colonos del Volga, sin importar si eran protestantes o católicos.

De la mano del Dr. Jorge Bohn, nacido en el Pueblo San José (Cnel. Suárez - Bs.As) y actualmente radicado en Córdoba, seguiremos la historia de la aldea rusa Norka y podremos tener la perspectiva de todas las aldeas de Rusia, toda vez que Jorge es un especializado en las aldeas de Rusia y también, investigador y coordinador​ en la AHSGR (American Historical Society of Germans fron Russia). Igualmente nos podrá contar la experiencia de su participación en la convención anual celebrada en Concord (California - USA) por su trabajo en las aldeas de Streckerau y Mariemberg.
Detalle de la ubicación de la aldea Norka en el Volga.

lunes, 22 de agosto de 2016

Club El Progreso festejó su 78 aniversario con una gran fiesta


Gran encuentro familiar con un gimnasio Polideportivo colmado con 800 personas. Gran cena, hermosos reencuentros, noche de recuerdos, lindo baile, elección de la reina, mensajes, en definitiva, una fiesta donde no faltó nada. “El Progre”, como siempre, en el corazón de su pueblo. En representación del Diputado Moccero, el Concejal Fabián Maier, entregó el decreto declarando de interés parlamentario el aniversario de la entidad. Moccero gestiona además un subsidio.

Juan Carlos Roht, presidente de Club El Progreso. 
En la noche del sábado el Gimnasio Polideportivo de Club El Progreso fue el escenario ideal para albergar a una impresionante cantidad de gente, alrededor de 800 personas, que se dio cita para festejar el aniversario número 78 de la institución progresista.
Confortables mesas donde familias enteras se dieron cita para conmemorar este encuentro, que como siempre sucede sirve de reencuentro, ya que dirigentes actuales, ex dirigentes, integrantes de subcomisiones, gran cantidad de deportistas, colaboradores y público en general, sobre todo del Pueblo Santa María, se convocaron para festejar un nuevo aniversario del club, que está “en el corazón de su pueblo”.
Como siempre un menú excepcional, incomparable, con la calidad habitual con que se sirve en cada evento de nuestros Pueblos Alemanes, con servicio a cargo del eficiente Roberto Streitenberger, su grupo de colaboradores, siendo la misma dirigencia y deportistas del club quienes ayudan en la atención de todos los comensales.
El hermoso Polideportivo presentaba una ambientación especial con los colores del club, no faltó el azul y blanco, gran torta con adornos alegóricos, ingreso de abanderados y delegaciones de cada una de las disciplinas que se practican en el ámbito de la institución.
El menú es el característico con chorizos y ensaladas, carne al horno con papas y el infaltable Fülsen, de Pueblo Santa María, postre, buenas bebidas y por supuesto la noche cerró con la torta y el brindis aniversario.
Si algo tienen de especial las cenas aniversarios de El Progreso es el clima de camaradería que existe entre todos los presentes, no solo en la gran familia progresista, sino los representantes de las otras instituciones que se dan cita porque encuentran allí un lugar de reencuentro y charla amena que sirve además para compartir y seguir trazando lazos de amistad, más allá de la “camiseta” que cada uno defienda.
Como es característico una vez finalizada la cena se registraron los mensajes de las autoridades municipales, de la Liga Regional, un representante de las instituciones hermanas y presidente de la institución, un emocionado Juan Carlos Roht, quien fue detallando el quehacer del club, su actualidad, sus proyectos, pero además fue el encargado de hacer la semblanza de cada una de las menciones entregadas en la noche del 78º aniversario.
El baile fue amenizado por el Grupo Revelación, que desde los primeros acordes ya fue motivo para que todos comenzaran a desplegar sus dotes en el baile progresista, con una pista que se vio desbordada de alegría por este acontecimiento.
La noche concluyó muy avanzada la madrugada y allí no faltó el brindis, la elección de la reina, la torta aniversario y la gran cantidad de charlas y anécdotas que fueron transitando por cada una de las mesas en estos 78 años de Club Social, Deportivo y Cultural El Progreso del Pueblo Santa María, “una institución en el corazón de su pueblo”.

Ganadores Torneo de Koser jugado en Pueblo Santa María


El pasado sábado se disputó el torneo 78 aniversario de Club El progreso, organizado por la subcomisión de Koser, donde de un total de 12 parejas participantes, resultaron ganadores los siguientes equipos:

Ronda de ganadores:
Antonio y Alberto Eberle
Julio y Tito Hartman
Damián y José Luis Schab
Ronda de perdedores:
Luis Detzel y Oscar Santarelli
David y Mauro Pofh
Carlos y Mauricio Urban

jueves, 18 de agosto de 2016

¿Se acuerdan?

Los sábados eran una preparación para el domingo: se ordenaban los patios, se los barría prolijamente con la escoba confeccionada con ramas de algún árbol, se limpiaba la casa a fondo, y se adobaba la carne para el almuerzo en familia del día siguiente.
Los sábados también era los días del baño y la higiene personal: nadie se salvaba de bañarse en las enormes palanganas llenas de agua calentada en pavas, cacerolas y tarros, en las cocinas a leña.
Los domingos se lucían las mejores ropas para asistir a misa. Ropas que enseguida teníamos que quitarnos al regresar a casa, porque solamente poseíamos una muda nueva, que llamábamos “la ropa del domingo”. (Julio César Melchior).

Nuevo récord para el libro “La gastronomía de los alemanes del Volga”, del escritor Julio César Melchior

El libro está a punto de agotarse en su décima edición.

Habiendo sido lanzada la décima edición en marzo, durante la Strudelfest, llevada a cabo en Pueblo Santa María, cuando en pocas semanas hubo que realizar una reimpresión porque se agotaron rápidamente los ejemplares impresos. Y a pesar de que se efectúo una nueva tanda, ya está a punto de agotarse la décima, marcando un acontecimiento nada frecuente en la literatura destinada a rescatar y revalorizar el pasado cultural de los pueblos alemanes, en particular, y de los descendientes de alemanes del Volga, en general.
El libro rescata más de 150 recetas de la gastronomía tradicional de los alemanes del Volga, abarcando todos los rubros culinarios.
La obra logró trascender las fronteras locales, ser presentada en Capital Federal, estar presente en varios eventos culturales, y llegó a lugares tan lejanos como Alemania, España, Italia, Francia, Estados Unidos, entre otros.
Sin duda, el escritor Julio César Melchior alcanzó con creces el objetivo que se propuso al publicar este libro, que fue rescatar, revalorizar, difundir y promocionar el legado gastronómico de los alemanes del Volga.

martes, 16 de agosto de 2016

DIE VOLGA HERTZIE (Los Corazoncitos del Volga)

Por Graciela Harman
Entre Ríos-Argentina
©Derechos reservados
Corazoncitos que laten 
por otros corazones
que desde lejanas tierras
enraizaron sentimientos
en nuestra patria Argentina.

Corazoncitos del Volga
que bailan  enternecidos
recordando a sus abuelos
con sentimientos del alma
traducida en graciosos movimientos.

Fruto de la cultura de un pueblo,
que respeta a sus ancestros.
Que no olvidaron jamás a su tierra,
 y sus sueños de amor y  paz
 se mezclaron con los nuestros.

 Manos que se enlazan
 compartiendo sentimientos
 de amor a una patria
 y orgullo por su bandera.

Despliegue de dicha
trayendo de regreso
el recuerdo de las viejas melodías
que bailaron los abuelos.

Reminiscencias de un tiempo
que con nostalgia guarda el alma
y el corazón con felicidad festeja.

“Die Volga Hertzie”  hoy festeja,
con colores y alegría,
las danzas que los abuelos
bailaban en su añorada tierra…

Y  hoy  ellos, sus nietos,
“Los Corazoncitos del Volga”
recuerdan la historia de los abuelos
 y el dolor por su partida.

Bailando con alegría
las danzas que ellos bailaban.
Con el mismo amor, con alegría,
en esta tierra, la suya.

La que un día para quedarse
 eligieron sus abuelos,
en esta tierra de gauchos,
en esta hermosa Argentina.

lunes, 15 de agosto de 2016

Últimos ejemplares de la décima edición del libro "La gastronomía de los alemanes del Volga", del escritor Julio César Melchior

El libro se agota. Son los últimos ejemplares de la décima edición. Se pueden adquirir por correo, por el sistema de contra reembolso. Comunicarse: juliomelchior@hotmail.com. Rescata más de 150 recetas tradicionales.





Fue todo un éxito la fiesta de la carneada


Más de 750 comensales disfrutaron de la “Schlachtfest 2016”. Edición número 15 de una fiesta distinta a todas.

Como es característico durante el mes de agosto, Juan Hippener y su gran equipo de colaboradores una vez más hicieron galas de su idoneidad para llevar adelante la tradicional “Fiesta de la Carneada” o “Schlachtfest”.
El pasado sábado el Pueblo San José estuvo de fiesta. Fue el Club Germano Argentino el epicentro de la concentración de las delegaciones de descendientes de alemanes del Volga que llegaron de distintos puntos del país, habiendo delegaciones de La Pampa, San Luis, Neuquén, Misiones, Capital Federal e infinidad de localidades vecinas que fueron anunciadas oportunamente en el inicio de la noche por el Presidente del club anfitrión, Hugo Schwab.
Fue Juan Hippener quien ingresó con el primer carrito con productos de carneada como la morcilla blanca, morcilla negra, salame, chorizo casero seco, jamón crudo y queso de cerdo, acompañados de ensalada rusa que fueron servidos a los comensales como primer plato.
Posteriormente llegaron las ensaladas con chorizos hervidos para finalmente servirse la carne de vaca con papas al horno y luego la carne de cerdo.
Un gran número de mozos y colaboradores atendieron a la perfección a cada comensal no dejando nunca de insistir en la repetición de los cortes de vaca y cerdo, y las deliciosas papas al horno. 
En la previa de la semana hubo que embutir los chorizos que fueron hervidos, preparar las morcillas, queso de cerdo y las ensaladas, mientras que meses antes se prepararon los chorizos secos. 
Lo que de antemano se había anunciado como un éxito de venta de tarjetas se vio incrementado, debiendo inclusive agregar más mesas a la venta horas previas a la cena por las numerosas delegaciones que arribaron a nuestras colonias el pasado fin de semana para participar de la Fiesta de la Carneada.
En un breve acto protocolar el Intendente Roberto Palacio que se encontraba acompañado por su esposa e hijos y gran parte de su gabinete señaló en su mensaje lo importante de revalorizar las tradiciones de nuestros antepasados y reflexionó sobre el valor que cobran los equipos de trabajo que en unión logran todas las metas que se proponen, destacando el ejemplo que dan Juan Hippener y todos sus colaboradores. 
Luego fue Juan Hippener quien agradeció la presencia de todos los asistentes que hicieron de la 15º edición de la Fiesta de la Carneada todo un éxito. Tuvo palabras de agradecimiento además para sus colaboradores y equipo de trabajo, como así también para los auspiciantes y benefactores del evento, y prometió algo grande… “me piden hacer algo más grande y mientras Dios me de salud la idea seguirá en pié. Cada vez falta menos… Hicimos la fiesta de las 5 mil, hicimos la de las 10 mil y en esa senda continuaremos”.
Luego Juan Hippener destacó que la “Schlachtfest” es la única fiesta del país en la que en cada cabecera de mesa se publican los controles bromatológicos de los animales faenados, junto con los sellos de los frigoríficos intervinientes.
Finalmente, Juan, con lágrimas en sus ojos, pidió un fuerte aplauso para su amiga y colaboradora, Imelda Melchior de Siben. “Se nos fue la Reina del Fülsen; ayer, mientras estábamos embutiendo los chorizos, nos enteramos que Imelda había fallecido. Fue una mujer que nunca tenía un no como respuesta, siempre dispuesta a colaborar con todos. En su honor redoblaremos los esfuerzos para que la Fülsenfest del domingo 13 de noviembre sea un éxito”.

Los números artísticos

El salón del Club Germano Argentino del Pueblo San José se vistió de fiesta el pasado sábado para recibir una nueva edición de la “Fiesta de la Carneada”.
Los grandes animadores de la noche fueron los músicos del Grupo Astral que una vez más llegaron a Pueblo San José, trayendo todos sus ritmos festivos desde la localidad de Stroeder, en el sur de la provincia de Buenos Aires.
No faltaron polcas, los valses, Schottis, rancheras, foxtrot y pasodobles que se sumaron a los ritmos populares como la cumbia, el chamamé y hasta las tarantelas para animar el baile de la exitosa edición 2016 de la Fiesta de la Carneada de la mano del Grupo Astral.
Previo a servirse el helado de postre el “Ballet de la Dulce Vida” de la ciudad de Azul hizo una primera intervención con cuatro coreografías con música típicamente alemana para luego, en una segunda intervención entrada la madrugada del domingo, hacer lo propio con cuatro danzas ucranianas.
Con la dirección artística de Cecilia y Mauricio Brown, el “Ballet de la Dulce Vida” de Azul tiene una trayectoria de más de 38 años de vida y ha maravillado a todos los presentes con sus bailes tradicionales.

sábado, 13 de agosto de 2016

Unser Saich: Primera Feria Mensual de Productores y Artesanos de Pueblo Santa María

La Delegación Municipal y el Centro Cultural de Santa María presentan la Primera Feria de Artesanos y Productores denominada “UNSER SAICH”, en español: “Nuestras Cosas”, este domingo 14 de agosto, de 14 a 18hs., en las instalaciones del Centro Cultural.

Siendo el objetivo el de tomar conciencia que Pueblo Santa María y su gente cuentan con un potencial valioso para poder transformar al pueblo en un lugar turístico, digno de ser visitado y admirado por todos; la feria se llevará a cabo el segundo domingo de cada mes.
 Este proyecto  beneficiaría especialmente a  los productores, artesanos y emprendedores de la tercer colonia, contando  éstos con  la posibilidad de comercializar sus productos y/o servicios en un lugar físico estratégico,  contribuyendo así con  la economía  personal y familiar. 
Se pretende revalorizar la producción local ofreciendo  una amplia gama de productos tales como panificados y gastronomía alemana,  venta de hortalizas de pequeñas huertas, dulces, conservas, miel,  plantas  y  otras artesanías como: hilados, tejidos, cerámicas, pinturas, etc.
Además estará abierta la Casa del Fundador como Casa de Té y ofrecerá recorridos al Museo.
Los  visitantes podrán conocer lo que se produce en la localidad, adquirir y degustar los productos. 

Primer encuentro histórico cultural de los alemanes del Volga en Tandil

Viernes 9 de septiembre de 2016
18:30: Acto Inaugural. Casa de la cultura
Muestra de Pinturas. Karina Schwerdt: “Mundos Posibles”.
19:30: Salón Blanco del Palacio Municipal
Horacio A. Walter: La Inmigración de los Alemanes del Volga.
René Krüger: ¿Qué pasó con los Alemanes del Volga y sus aldeas en Rusia?

Sábado 10 de septiembre de 2016
15: 00: Salón Blanco del Palacio Municipal
Horacio A. Walter: La comunidad Volguense: su identidad y sus costumbres.
Susana Knop – Federico Zambrino: Presentación del libro: “Del Río Senguer a Tandil”.
René Krüger: Evolución del dialecto Alemán del Volga en Rusia y Argentina.
21:00: Salón San Pacífico. Parroquia de Ntra. Sra. De Begoña. Villa Italia
Cena: Comidas típicas. Cuerpo de baile: Alles Jung. Animación R. Horbath

viernes, 12 de agosto de 2016

Hasta siempre a “La Reina del Fülsen”


Falleció Imelda Melchior de Siben. Mujer alegre, solidaria y colaboradora. Cocinera apasionada con una mano prodigiosa para la preparación de uno de los más preciados platos de la gastronomía alemana: el Fülsen.

En la última madrugada se apagó la luz de Imelda Melchior de Siben, bautizada cariñosamente por Juan Hippener como “La Reina del Fülsen”.
Imelda con sus 73 años siempre estuvo dispuesta a colaborar con las instituciones de los pueblos alemanes que requerían de su ayuda para organizar sus cenas aniversarios en las que no faltaba el exquisito Fülsen que ella preparaba y estuvo hasta ayer bien entrada la noche organizando junto a Adriana Dos Santos y Osvaldo Lezica una cena programada para esta noche en la que los integrantes del Consejo de Adultos Mayores –del cual había sido coronada Reina a fin de enero de este año- disfrutarían además de la proyección de un video filmado durante uno de los últimos viajes que el Consejo llevó adelante meses atrás.
En septiembre de 2014, la Radio dialogó con Imelda para “Los Pueblos Alemanes y Su Gente”. En esa oportunidad el Diario Digital de La Nueva Radio Suárez señalaba que en su rostro claro, bordeado por el rubio de su pelo, se refleja toda la alegría de la gente de su raza.
Imelda cuenta que aprendió a cocinar un poquito sola, y el resto con sus hermanas mayores. 
Se quedó sin mamá siendo muy pequeña, apenas tenía entonces 5 años, y una hermana mayor, ya casada, volvió a la casa paterna para encargarse de la crianza de los más pequeños, entre ellas Imelda y otra hermana de apenas 3 años. Por eso hubo que aprender rápido y desde muy pequeña a encargarse de los quehaceres domésticos, entre ellos la cocina.
Cuenta además que un día, ya un poco más crecidas, cuando mientras su hermana mayor preparaba Kucher para una fiesta, Imelda y su otra hermana pequeña le propusieron hacer también esta torta tradicional alemana. ¿Y si les sale mal y papá se enoja?, preguntó la mayor. 
Decididas le respondieron que si pasaba esto tiraban el intento de torta y ocultaban al padre la aventura frustrada de la cocina. 
Se pusieron manos a la obra y el resultado fue… ¡espectacular! Y se lo reconoció la hermana más grande diciendo que les había salido mejor que las que ella había hecho. 
Evidentemente Imelda disfruta con la labor de la cocina. Hay que no sólo escucharla, sino también observar cada uno de sus gestos mientras explica el proceso de preparación de un buen Fülsen para 150, 180, 200 o 500 personas. 
Es que empezó a integrar diferentes grupos de cocina que trabajaban para las instituciones. Entre ellas las cenas que realizaba el equipo de Juan Hippener. 
Ahí aprendió a trabajar con grandes cantidades y a no tenerles miedo a kilos y kilos de producto para elaborar grandes cantidades de este plato dulce tradicional alemán que se combina con carne y papa al horno. 
Es más, ver cómo mueve la manos, explicando cómo se mezclan en grandes bateas 35 kilos de pan cortado en rodajas, remojado en varios litros de leche, con más de 3 kilos de pasas de uva, buenos chorros de licor de banana, mucha manzana finamente cortada y varios kilos de crema batida con huevo y azúcar, da cuenta que esta mujer hace lo que decía la Hermana Bernarda: hay que sentir las preparaciones, no tener miedo a mezclar con las manos, que muchas veces es la mejor forma de mezclar.
Imelda Melchior de Siben, cocinera apasionada, mujer alegre, a quien la cocina la hace feliz, con una mano prodigiosa para la preparación de uno de los más preciados platos de la gastronomía alemana.
Tiempo después, en el final de enero de este año, Imelda fue coronada Reina del Consejo de Adultos Mayores y en esa oportunidad señaló que “vengo a la colonia desde que se inició, cuando hacíamos actividades en el Aero, participo en todas las propuestas. Juego al vóley, al tejo, no soy buena jugadora, pero disfruto de todo esto. Nunca jugué al vóley, no sabía ni agarrar la pelota”.
Imelda dijo que no se esperaba salir elegida Reina 2016, “fui hace unos años atrás Miss Simpatía de la Comparsa. Participo desde el momento que se inició y la verdad es que la pasamos re lindo”.
Imelda es conocida porque tiene una mano increíble para una de las delicias de la gastronomía alemana: el Fülsen. 
Sobre el secreto para hacer un buen Fülsen, dice que “no es ninguno. Trabajarlo con amor, ponerle ganas y todo lo que hay que ponerle”, que debe leerse que no hay que mezquinarle ninguno de los ingredientes. 
“Hay que ponerle todo, que no le falta nada”. Imelda cocina cantidades industriales de Fülsen: “para las instituciones, para los clubes, para quienes me piden colaboración como el Taller Protegido de Santa María, y también para dos o tres cenas para colaborar. Siempre estoy dispuesta y me gusta elaborar esta comida que la gente aprecia tanto”, concluyó Imelda Melchior de Sieben por enero de este año.
Los restos de Imelda son velados en la sala velatoria de la Cooperativa Eléctrica “San José”, recibiendo sepultura en el cementerio de Pueblo San José a las 17 horas.

jueves, 11 de agosto de 2016

Historia de las tradicionales carneadas de los alemanes del Volga

Las carneadas forman parte de la identidad gastronómica y cultural del pueblo de los alemanes del Volga desde tiempos inmemoriales. Investigando sus orígenes podemos encontrar vestigios de las primitivas carneadas en el hombre prehistórico, cuando su única finalidad todavía era la de cazar y alimentarse sin mayores apetencias higiénicas ni remilgos culinarios, y se reunía de manera tribal para comer lo que había cazado. Una variante cruel si se quiere de la actual carneada pero no menos cierto que ese es su origen y nadie puede soslayarlo.
Transcurriendo la historia de la humanidad, el hombre se volvió un ser sedentario. Comenzaron los asentamientos en grupo, luego en colonias, pueblos, ciudades… y paulatinamente el hombre fue perfeccionando sus maneras de producir alimentos.
Así pasamos por diferentes etapas hasta llegar a la Edad Media, dónde toman cohesión definitiva muchas de las costumbres y tradiciones que hoy conforman el legado cultural que nos dejaron nuestros queridos abuelos, que llegaron de allá lejos, allende el mar.
Es en la Edad Media donde las familias comienzan a aglutinarse alrededor del rito de la matanza de animales para la producción de alimentos que sean susceptibles de conservar durante el largo y frío invierno en Alemania, donde la producción agrícola, por aquellos años, se volvía casi nula. Una experiencia que luego también se repitió en las aldeas fundadas a orillas del río Volga, en Rusia. Donde la soledad de la estepa, la lejanía de la madre patria, un sentido amplio de familia y de comunidad, hizo que este modo de producción de alimentos se transformara en una tradición altamente afectiva y ligada a la cultura e identidad de los alemanes del Volga. Que luego trajeron consigo a la República Argentina.
La carneada es una fiesta, la fiesta de la familia grande, en la que se reúnen para trabajar abuelos, padres, hijos, nietos, hermanos, tíos, vecinos… todos aportando no solamente mano de obra sino alegría. Una alegría que se acompaña con música y el sonido de un acordeón. Y que se prolonga por varios días.

martes, 9 de agosto de 2016

La vida de nuestros abuelos alemanes del Volga

Paredes de adobe. Paja en el techo. Casa humilde.  Habitantes dignos. Un hombre, una mujer, nueve niños labrando la tierra. Se despiertan con el sol y se van a dormir cuando cae en el horizonte despertando a la luna y las estrellas. Siembran, cosechan, prosperan, crecen. Año tras año. Mientras los días pasan y con ellos la vida.
El arado va abriendo surcos en la tierra y el tiempo va trazando arrugas en las manos y las frentes de las personas. Las moldea, cincela su carácter, forja su voluntad, los vuelve tercos a la adversidad, y seguros frente a la fatalidad. Ni las tormentas furiosas, ni las heladas que todo lo marchitan llevándose cosechas enteras, doblegan sus espaldas. No hay nada que los venza. Nada que pueda con ellos. Son obstinados.
Sin más arma que la esperanza, más fe que en Dios, y más sueño que transformar la tierra en prosperidad, continúan trabajando, trabajando, siempre trabajando.