Enredadera de olvido,
que con su tallo gris
y sus dedos de ceniza,
teje sobre mi corazón
hilos de angustia y desolación.
¿Cuándo has brotado?
¿Fue mi dolor el que te sembró?
¿Mi llanto el que te regó?
¿De dónde surgió tu semilla?
¿De las palabras de tu adiós?
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